sábado, abril 30, 2011

Al pueblo pan y circo, que decían los romanos...

Pues que se  nos casó William, el hijo de Diana, princesa de Gales, la mujer que tuvo un final tan trágico en aquel legendario accidente de tráfico por el acoso de los paparazzis. Por ser William el segundo a la espera de algún día ser rey de Inglaterra y todos los países del Commonwelth, la susodicha boda tuvo carácter de semiestado. Semiestado e invitaron a 1900 personas entre los que se incluían a un selecto grupo de Jefes de Estado, una especie de quién es quién para los ingleses. Más allá de todo el chismerío digno de cotilleo al más puro estilo español, me resulta de singular importancia resaltar la relevancia que los medios de comunicación a nivel internacional, pero sobre todo en Estados Unidos y en México le dieron al susodicho evento.

La boda la presencié a través del canal de espectáculos norteamericano E! Entertainment television, el cual tuvo una serie de programas previos muy interesantes, a pesar de los frívolos que suelen ser en este canal, su programa previo sobre la historia de la familia del novio fue muy completa, con imágenes sobre la boda, coronación, la boda de Carlos y Diana, padres del novio y una remembranza de la familia de la novia, la ahora duquesa Catherine, duquesa de Cambridge, título que les fuera otorgado por la reina Elizabeth II, reina de Ingletarra y a la sazón abuela del novio.

Pero bueno, más allá de la cara de asco que le puso la abuela a los recién casados cuando se despidieron de ella al terminar la ceremonia religiosa, lo espantosas que se veían las primas paternas del novio y un largo etc, lo que más me sorprende es ver cómo la monarquía inglesa trata desesperadamente de arraigarse en una nueva generación que ni la quiere, ni la respeta y que cada vez se cuestiona más su existencia, porque sale caro mantenerlos, casi igual que México y su enquistadísima y desgastada clase política.

A la reina Elizabeth II la quiere la generación que vivió durante la Segunda Guerra Mundial y vieron cómo ella y su familia se mantuvieron en su país a pesar del bombardeo nazi, cuando ella era una princesita, lo cual queda perfectamente bien documentado en la película El discurso del rey, de ahí en fuera lo que hicieran estaba bien hecho. Pero, en estos tiempos, ya quedan pocos de aquellos años y las nuevas generaciones que difícilmente llegan a fin de quincena, que tienen pocas probabilidades de crecimiento u opciones para salir de viaje los ven como un montón de vagos que viven del erario público por ser hijos de quien son, con privilegios que vienen, en el caso de ellos, desde hace siglos, que a estas alturas poco o nada tienen que ver con la realidad de su país en la actualidad. William la tiene difícil en un mundo globalizado, pero no ausente del velo mágico con que pretenden vender a la monarquía.

Haciendo un recuento hay que recordar el origen de las monarquías que aún quedan vigentes, al menos las de Europa, después de que el Imperio romano fuera perdiendo fuerza, con un ejército debilitado por tantas guerras, las fronteras romanas -que incluían la mayor parte de Europa- comenzaron a ser invadidas por los bárbaros, esto es, gente que no pertenecía a la romanidad, que saqueaban las ciudades, fueron surgiendo los feudos, que fueron construyendo murallas a sus alrededores para controlar mejor las invasiones de los bárbaros, por lo que emergió un nuevo grupo de "protectores" que vendían seguridad (¿cualquier parecido con los tiempos presentes es mera coincidencia?), con el paso del tiempo se denominaron reyes, sin embargo, lo interesante de toda esta historia es cuando a Carlomagno se le ocurre unir su poder al de la apenas emergente iglesia católica y le "pide" que lo corone "en el nombre de Dios", por supuesto que lo anterior no fue por sus lindos ojos, si no por dinero, con cuota económica de por medio y detalles así. Y desde entonces, esa asociación ha rendido frutos hasta nuestros días.

Y es justo en esta coyuntura político-religiosa, donde ¡oh casualidad! se realizará la beatificación de Juan Pablo II, a la que asistirá Felipe Calderón, quien encabeza el gobierno de México, de sobra es conocido el profundo arraigo que la figura de Juan Pablo II tiene en nuestro país, por lo que, en estos momentos tan delicados que atravesamos la mayoría de los mexicanos, con la inseguridad y en nuestra economía, la visita a El Vaticano para un evento de esta magnitud y con tan importante personaje no puede menos que recordarme los inicios del poder divino que tienen los reyes. No es que piense que a eso va Calderón, pero sí que le urge dar una buena noticia y más si es con un tema relacionado con un personaje tan querido y admirado por algunos sectores de la sociedad mexicana.

En fin, al pueblo dadle pan y circo, que decían los romanos... y por los siglos de los siglos sigue siendo útil para quienes ejercen el poder.

martes, abril 26, 2011

El antipoeta: Gonzalo Rojas

Puedo escribir los versos más tristes esta noche
Neruda

Ayer falleció uno de los poetas -según yo- más importantes de la lengua española, Gonzalo Rojas (1917-2011), su pluma fue diferente e innovadora, su yo lírico no le canta al amor, no le canta a la vida, no le canta a la belleza, nombra lo innombrable, moldea con gran ingenio el idioma y nos regala poemas que impactan por su crudeza: Me enamoré de ti cuando llorabas / a tu novio, molido por la muerte, / y eras como la estrella del terror / que iluminaba al mundo. 

Hace unos días, al enterarme que estaba muy enfermo, como una especie de homenaje se me ocurrió tuitear algunos de los versos que más me gustan, en este espacio quisiera compartirles extractos de lo que escribe en el libro Antología de aire de Gonzalo Rojas, Eduardo Milán en su "Recado desde México, la voz de un gran poeta".

Eduardo Milán escribe que la poesía de Rojas tiene un mestizaje de la forma, es el aspecto híbrido especial entre la mímesis del habla cotidiana y el lenguaje de la poesía de la invención: Libros  y libros, libros hasta las nubes, / pero la poesía se escribe sola. / Se escribe con los dientes, con el peligro, / con la verdad terrible de cada cosa. Señala además que "Rojas sabotea constantemente la conversación con el recursos a la imagen o a la metáfora inventiva, esto es, de creación": Anoche te he tocado y te he sentido / sin que mi mano huyera más allá de  mi mano, / sin que mi cuerpo huyera más allá de mi mano, / sin que mi cuerpo huyera, ni mi oído: / de un modo casi humano / te he sentido.

Milán define la poesía de Rojas bellamente: como "un lenguaje de cuerpo abierto desde donde escapa un alma a la velocidad de la luz".

Yo la defino como un éxodo de ideas que encuentran su lugar en las palabras acomodadas de una manera poco convencional para ser poesía y mágicamente son poesía.

Parece que de lo que muere uno es de maniquí
asustado en la vidriera, inmóvil
y horizontal con ese descaro
como si uno no fuera el que es bajo los claveles
y los gladiolos de alambre
por lo equívoco de las luces;
                                           extraña sal
parece entonces que se apodera de uno
de las uñas a los párpados, se
crece por resurrección fosfórica.
                                                Circunstancias
adversas impídenme concurrir.

Sea pues, ha callado para siempre uno de los grandes poetas en nuestra lengua, pero siempre hablará, cuando leamos cada uno de sus versos, en la contraportada de Antología de aire, publicado en la Colección Tierra Firme, poetas chilenos del Fondo de Cultura Económica citan palabras del autor de 1970: "Que todo es todo en la gran búsqueda del desnacido que salió de madre a ver el juego mortal, y es Uno: repetición de lo que es. Antología de aire,  metamorfosis de lo mismo".

Leámoslo pues, para que su voz nunca calle. Descanse en paz.

lunes, abril 25, 2011

Mi día sin tweet

El domingo 24 de abril del año de gracia de 2011, justo a las 12 del medio día mi BBkita dejó de existir. Sí, de plano, la muy canija se puso en huelga y ni siquiera me dio tiempo de negociar un emplazamiento o algo así, la pantalla se puso en blanco y sólo decía error 102.

Al percatarme de lo acontecido, sentí que el mundo se iba a terminar, un sentimiento de total impotencia se apoderó de mí, lo escribí en mi cuenta de twitter, afortunamente, algunos de mis bien amados followers me indicaron lo que tenía que hacer... en ese momento no podía hacer mucho... y... y, cuando creí que no había más vida para mí... no pasó nada.

Estoicamente acepté la situación y permanecí en esa plácida calma que cae uno cuando se da cuenta que no hay nada más que hacer, osease, me instalé en el valemadrismo (dícese del estado de conciencia cuando no te importa nada) más puro y me dije: "ni modo". Y sí, logré seguir respirando y ocupé mi tiempo en otras cosas.

Efectivamente, tengo una adicción al twitter, que no es superada ni por una botella de Bailey's, sin embargo, mi día sin tweet  me hizo reflexionar sobre la vulnerabilidad de la soy víctima a causa de mi profunda adicción a mi Black Berry.

Sí, la vida aparentemente es mucho más sencilla desde que la BBkita obra en mi poder, no tengo que esperar a estar frente a una computadora para revisar mis correos, hacer alguna consulta de internet, lo mejor de todo es el acceso a mi cuenta de twitter en cualquier momento (claro, siempre y cuando sea territorio Telcel), pero no, no todo es miel sobre hojuelas en esta aparente relación perfecta que tengo con mi black berry y ayer lo comprobé.

No es bueno ser tan dependiente de tanta tecnología porque cuando por alguna causa no está allí nos damos cuenta de lo mal acostumbrados que estamos, y lo comodinos que nos volvemos con tantas y tantas herramientas que facilitan nuestra existencia, pero que nos vuelven inútiles para algunas cosas. Al  menos, así lo viví en mi día sin tweet.

lunes, abril 18, 2011

La estructura, el signo y el juego en el discurso de las ciencias humanas, Jacques Derridá

A continuación leerán un resumen de este artículo de Derridá, recomiendo leer despacio, es algo complejo, pero muy importante conocerlo, en otras entradas lo comentaré más despacio y con ejemplos, pero va el texto tal cual:

La historia del concepto de estructura se podría llamar un acontecimiento. Tendría la forma exterior de una ruptura y de un redoblamiento.

El acontecimiento, la estructura o la estructuralidad de la estructura se ha encontrado siempre neutralizada, reducida: en darle un centro, en referirla a un punto de presencia, a un origen fijo. Este centro tenía como función organizar la estructura, hacer que el principio de organización de la estructura limitase lo que podríamos llamar el juego de la estructura.

El centro por definición es único, constituía dentro de una estructura justo aquello que, rigiendo la estructura, escapa a la estructuralidad. Del centro puede decirse, está dentro de la estructura y fuera de la estructura. Está en el centro de la totalidad y la totalidad tiene su centro en otro lugar. El concepto de estructura centrada es contradictoriamente coherente. La coherencia en la contradicción expresa la fuerza de un deseo. El concepto de estructura centrada es el concepto de un juego fundado.

La ausencia de significado trascendental extiende hasta el infinito el campo y el juego de la significación.

La crítica nietzscheneana de la metafísica, de los conceptos de ser y de verdad, que vienen a ser sustituidos por los conceptos de juego, de interpretación y de signo; la crítica freudiana, del ser como presencia, del concepto de signo como se hace estremecer la metafísica de la presencia. La significación, el signo; se ha comprendido y determinado siempre como signo-de , significante que remite a un significado, significante diferente de su significado. Hay dos maneras heterogéneas de borrar la diferencia entre el significante y el significado: la clásica, que consiste en reducir o en derivar el significante, es decir, en someter el signo al pensamiento y la otra que consiste e poner en cuestión el sistema en el que funcionaba la reducción anterior: y en primer lugar, la oposición de lo sensible y lo inteligible. Pues la paradoja está en que la reducción metafísica del signo tenía necesidad de la oposición que ella misma reducía.

La etnología: ha podido nacer como ciencia en el momento en que ha podido efectuarse un descentramiento: en el momento en que la cultura europea ha sido dislocada, expulsada de su lugar, es un momento político, económico, técnico, etc.

La etnología se produce en el elemento del discurso, utiliza los conceptos de la tradición. La cualidad y la fecundidad de un discurso se miden quizás por el rigor crítico con el que se piense esa relación con la historia de la metafísica y con los conceptos heredados. Es una relación crítica con el lenguaje de las ciencias humanas y de una responsabilidad crítica del discurso. Se trata de plantear expresa y sistemáticamente el problema del estatuto de un discurso que toma de una herencia los recursos necesarios para la desconstrucción de esa herencia misma. Problemas de economía y de estrategia.

El lenguaje lleva en sí mismo la necesidad de su propia crítica. Esta crítica puede llevarse a cabo de acuerdo con dos vías y dos estilos. En el momento en que se hacen sentir los límites de la oposición naturaleza/cultura, se puede querer someter a cuestión sistemática y rigurosamente la historia de estos conceptos.

La otra elección dentro del orden del descubrimiento empírico, en conservar, denunciando aquí y allá sus límites, todos esos viejos conceptos: como instrumentos que pueden servir todavía. Se explota su eficacia relativa y se los utiliza para destruir la antigua máquina a la que aquéllos pertenecen y de la que ellos mismos son piezas. Es así como se critica el lenguaje de las ciencias humanas. Lévi-Strauss piensa así poder separar el método de la verdad, los instrumentos del método y las significaciones objetivas enfocadas por medio de éste.

Lévi-Strauss se mantendrá siempre fiel a esa doble intención: conservar como instrumento aquello cuyo valor de verdad critica.

En El pensamiento salvaje, presenta Lévi-Strauss bajo el nombre de bricolage lo que se podría llamar el discurso de este método. El bricoleur es aquel que utiliza los medios de a bordo, los instrumentos que encuentra a su disposición alrededor suyo. Hay una crítica del lenguaje en la forma del bricolage, el bricolage; era el lenguaje crítico mismo, el de la crítica literaria.

Bricolage; necesidad de tomar prestados los propios conceptos del texto de una herencia más o menos coherente o arruinada, se debe decir que todo discurso es bricoleur.

Bricolage, Lévi-Strauss la describe como actividad mitopoética. La ausencia del centro es la ausencia de sujeto y la ausencia de autor.

El paso más allá de la filosofía consiste en continuar leyendo de una cierta manera a los filósofos. El empirismo era la forma matricial de todas las faltas que amenazan a un discurso que sigue pretendiéndose científico. El estructuralismo se ofrece como la crítica misma del empirismo. Los esquemas estructurales se proponen siempre como hipótesis que proceden de una cantidad finita de información y a las que se somete a la prueba de la experiencia.

A la totalización se la define como inútil, como imposible. La totalización puede juzgarse imposible en el sentido clásico: se evoca entonces el esfuerzo empírico de un sujeto o de un discurso finito que se sofoca en vano en pos de una riqueza infinita que no podrá dominar jamás. Hay demasiadas cosas, y más de lo que puede decirse. Pero se puede determinar de otra manera la no-totalización: no ya bajo el concepto de finitud como asignación a la empiricidad sino bajo el concepto de juego. Si la totalización ya no tiene sentido entonces es porque excluye la totalización: este campo es, un juego, es decir, de sustituciones infinitas en la clausura de un conjunto finito. Ese campo tan sólo permite tales sustituciones infinitas por que es finito, le falta un centro que detenga y funde el juego de las sustituciones, ese movimiento del juego, permitido por la falta, por la ausencia de centro o de origen, es el movimiento de la suplementariedad. No se puede determinar el centro y agotar la totalización puesto que el signo que reemplaza al centro, que lo suple, viene por añadidura, como suplemento. El movimiento de la significación añade algo, es lo que hace que haya siempre más, pero esa adición es flotante porque viene a ejercer una función vicaria, a suplir una falta por el lado del significado.

Valor simbólico cero, un signo que marca la necesidad de un contenido simbólico suplementario sobre aquél que soporta ya el significado, pero que puede ser un valor cualquiera con la condición de que siga formando parte de la reserva disponible y que no sea, como dicen los fonólogos, un término de grupo.

La sobreabundancia del significante, su carácter suplementario, depende de una finitud, de una falta que debe ser suplida.

Del ser como presencia, el concepto de episteme ha reclamado siempre el de historia, en la medida en que la historia es siempre la unidad de un devenir, como tradición de la verdad o desarrollo dela ciencia orientado hacia la apropiación de la verdad en la presencia y en la presencia a sí, hacia el saber en la consciencia de sí.

Tensión del juego con la historia, tensión también del juego con la presencia. El juego es el rompimiento de la presencia. La presencia de un elemento es siempre una referencia significante y sustitutiva inscrita en un sistema de diferencias y el movimiento de una cadena. El juego es siempre juego de ausencia y de presencia, pero si se lo quiere pensar radicalmente, hay que pensarlo antes de la alternativa de la presencia y de la ausencia; hay que pensar el ser como presencia o ausencia a partir de la posibilidad del juego y no a la inversa.

Se enfoca hacia la presencia, del origen ausente, esta temática estructuralista de la inmediatez rota es negativa del pensamiento del juego, del que la otra cara sería la afirmación nietzscheana, la afirmación gozosa del juego del mundo y de la inocencia del devenir, la afirmación de un mundo de signos sin falta. Esta afirmación determina entonces el no-centro de otra manera que como pérdida del centro. Y hay un juego seguro: el que se limita a la sustitución de piezas dadas y existentes, presentes.

Hay dos interpretaciones de la interpretación, de la estructura, del signo y del juego. Una pretende descifrar, descifrar una verdad o un origen que se sustraigan al juego y al orden del signo. La otra afirma el juego e intenta pasar más allá del hombre y del humanismo, dado que el nombre del hombre es el nombre de ese ser que ha soñado con la presencia plena, el fundamento tranquilizador, el origen y el final del juego.


jueves, abril 14, 2011

Mundo del texto y mundo del lector, Paul Ricoeur

En este artículo Paul Ricoeur expone las diferencias que se presentan al realizar estudios sobre la obra literaria en relación al mundo que se expone en los textos y el mundo del lector. Esta relación comienza al enfrentarse el lector a un texto, por ejemplo, los personajes de los novelistas son irreales, a diferencia de lo que los historiadores narran, que se diría que fue observado por testigos del pasado. Ricoeur presenta la noción de representancia que ha elaborado para significar que las construcciones de la historia aspiran a reconstrucciones. En sus palabras representancia significa por turno reducción a lo Mismo, reconocimiento de la Alteridad y aprehensión analogizante.

Un punto que resalta en su texto, es el que la función de la representancia tiene su paralelo en la función de la ficción, que califica como reveladora y transformadora, con respecto a la práctica cotidiana; siendo reveladora en el sentido en que saca a la luz los rasgos ocultos pero inscritos en el meollo de la experiencia práctica del lector; es transformadora, en el sentido en que una vida así examinada es una vida cambiada, otra vida. Ricoeur resalta el hecho de que es sólo por la mediación de la lectura como la obra literaria logra la significancia completa, que sería la ficción de lo que la representancia es a la historia.

Ricoeur resalta que son 3 los momentos a considerar que corresponden a 3 disciplinas cercanas, pero distintas:
1.    La estrategia fomentada por el autor y dirigida hacia el lector.
2.    La inscripción de esta estrategia en la configuración literaria.
3.    La respuesta del lector considerado, como sujeto que lee o como público receptor.

miércoles, abril 13, 2011

Las Medeas del siglo XXI

... pero hay que tener cuidado, si esa hembra se siente herida...

He leído una nota que publica @elmundoes en la que indica que una mujer se suicidó arrojando su carro al río Hudson, con el detalle que llevaba a sus cinco hijos en el auto con ella. Cruenta historia, la mujer había tenido una discusión con su marido, tomó a sus pequeños, el mayor tenía 10 años, el más pequeño 11 meses y se arrojó al río. Así sin más. Cruenta historia.

Cuenta la leyenda mitológica que existió una mujer llamada Medea, que asesinó a sus hijos delante de su marido porque éste, Jasón, la dejó para casarse con una rica princesa. No abundaré en los detalles de esta historia que fue elevada a los altares por los más grandes trágicos griegos de los que tenemos constancia, si mal no recuerdo leí la versión de Eurípides. El caso es que este hombre logra tocar las fibras más sensibles al describir la desgarradora escena en la que Medea, - después de asesinar a la futura esposa de su marido incendiando su vestido de novia con todo y ella adentro- Jasón va y le reclama embravecido el que haya matado a su novia y ella toma a sus dos hijos y los degüella delante de sus ojos. Bien lo dice el corrido de los Tigres del norte: "si una hembra así quiere a un hombre, por él puede dar la vida, pero hay que tener cuidado si esa hembra se siente herida". Pues Medea en un arranque de despecho y desesperación, mata a sus hijos y se va. En algunos casos dicen que se suicida en otros, que su familia va por ella y se la llevan al rancho de donde era. Qué mas da.

Canta Alejandro Sanz y canta bien: "... en este mundo loco nuestro...", y sí. En este mundo nuestro en el que se vive presionado hasta la náusea, en el que las penurias económicas son el pan nuestro de cada día para la mayoría, en el que el futuro luce más desolador que lo dejado atrás, en el que no se ve por dónde pueda mejorar la situación económica, cualquier discusión, problema, cualquier insignificancia se convierte en agravante para explotar y a veces tomar decisiones trágicas. Seguramente ahora se comprobará que la chica de 25 años que tenía ya 5 hijos era una mujer con problemas psicológicos y demás, sin embargo, ya es tarde. Cualquier cosa que se diga para justificar, reprochar o inculpar su conducta quedará como atenuante para una sociedad que camina sin descanso hacia su propia inmolación.

Por supuesto que no es algo que se vea nada más en los Estados Unidos, alrededor del mundo se han tenido estas tristes y desagradables noticias que nos tienen que llevar a reflexionar del tipo de vida que llevamos y cómo nos perjudica, para evitar caer en cuadros similares.

miércoles, abril 06, 2011

Entre el misticismo y la religiosidad: Olga Orozco, Héctor Viel Temperley y Marosa di Giorgio (Parte III)

Temperley: una religión poética

Héctor Viel Temperley nació y murió en Buenos Aires (1923-1987), Andrés A. Ugueruaga menciona que:
En el último año de su vida (Temperley) escribe Hospital británico. Hospital británico es una pequeña y gran obra en donde Temperley experimentó su más dotado manejo de la palabra y en donde se plantea por vez primera una poesía en prosa, en una situación completamente intemporal entre la vida y la muerte, la muerte y la fe […] Aquí el dolor es sin embargo lo que se vivencia, en la forma más pura y explícita de la palabra […] Al parecer en ese año, Temperley estuvo internado allí, justamente en el Hospital Británico, por una intervención debido a un tumor cerebral.

Estamos frente al Hospital Británico en que el yo lírico de Temperley nos presenta, como lo señala Julián Guarino:
su último libro escrito en 1986, año en el que estuvo internado en una clínica del mismo nombre, la poética puede leerse como un diario de la enfermedad. En su estructura, ostenta una cronología alterada, marcada por fechas que no se suceden y por lugares que le son familiares

         La poética de Temperley va más allá que el diario de una enfermedad, debido a que encontramos sus versos “cargados” de expresiones religiosas, a lo cual recordamos lo que alguna vez Octavio Paz escribió: “Lo divino afecta de una manera acaso más decisiva las nociones de espacio y tiempo, fundamentos y límites de nuestro pensar”, por lo que esta voz poética de Temperley se encuentra al borde una situación que lo lleva a realizar profundas reflexiones y le trae diversos recuerdos a su mente, sería demasiado tratar de ir más allá de lo que el poema nos presenta, sin embargo, resulta demasiado evidente la recurrencia a palabras y expresiones propias de la religión católica que ubicamos a lo largo de Hospital británico.

         El mismo Paz indica también que “el ritmo poético no deja de ofrecer analogías con el tiempo mítico; la imagen con el decir místico; la participación con la alquimia mágica y la comunión religiosa”, en este poema de Temperley se van sucediendo continuamente, como si se tratara de manera inconexa:
Mariposa de Dios, pubis de María: Atraviesa la sangre de mi
frente –hasta besarme el Rostro en Jesucristo-. (1982)

Si suponemos que la voz poética de Temperley se encontraba al borde la muerte o creía estar en esa situación, al decir de Octavio Paz, quien a su vez cita a D.T. Suzuki quien escribió que “Al desprendernos del mundo objetivo, no hay ni muerte ni vida y se es como el agua corriendo incesante; a esto se llama: la otra orilla”, justamente así es este poema del argentino, se siente que fluye, en una primera lectura pareciera que sin orden aparente como un montón de frases con terminología de la religión católica echadas a su suerte, pero estas palabras se van sucediendo con un ritmo vertiginoso, sin embargo, al leer con atención descubrimos los juegos verbales, de palabras, de sentidos, los cuales se encuentran a borbotones a lo largo y ancho del poema.

En este punto, nos permitimos retomar lo que se citó sobre Paz, quien señala que “La sensación de estar ante lo sobrenatural es el punto de partida de toda experiencia religiosa”, en Temperley queda de manifiesto así:
Mi cuerpo –con aves como bisturíes en la frente- entran en
    mi alma. (1984)

Como bien lo indica Paz: “los primeros en advertir el origen común de amor, religión y poesía fueron los poetas”, como lo apuntó Novalis, citado por Paz: “Cuando el corazón se siente a sí mismo y, desasido de todo objeto particular y real, deviene su propio objeto ideal, entonces nace la religión”, lo cual indica que “La revelación […] se transforma en un abrirse del hombre a sí mismo” y “la experiencia de lo sagrado es una revelación de nuestra condición original”, por lo tanto, concluye Paz “la religión es una respuesta a esa condena a vivir su mortalidad que es todo hombre”. Siguiendo a Paz en estas reflexiones, se tienen más claras las ideas para alcanzar a comprender el mundo que transitamos en el Hospital británico; ante un suceso en el que el yo lírico se encuentra en un momento determinante de su existencia, durante el cual se da cuenta de su estar vivo, esto quiere decir, estar próximo a morir, encuentra lo que menciona Paz: “Al enfrentar el “poco ser” del hombre con el pleno de Dios, la religión postula una vida eterna”:
Quiero beber hacia mi nuca, eternamente, los dos brazos del
ancla del temblor de Tu Carne y de la prisa de los Cielos
(1984) 

Dice Paz que “el acto poético, el poetizar, el decir del poeta (…) es un acto que no constituye (…) una interpretación, sino una revelación de nuestra condición”, ante esa revelación nos encontramos en Hospital británico, nos enfrentamos al terrible descubrimiento de la fragilidad humana y al estar cara a cara con lo inevitable:
Señor: Desde este instante mi cabeza quiere ser, por los siglos
de los siglos, la herida de Tu Mano bendiciéndome en tu
fuego. (1984)

Por lo cual, nos resulta ineludible continuar citando a Paz, porque al igual que él, creemos que “La poesía (…) expresa simplemente lo que somos”, en el caso de la voz poética de Temperley mezcla elementos religiosos, los cuales van formando sus poemas que nos muestran la otra cara de la moneda: una persona que se siente al borde de la muerte y reflexiona sobre su existencia de una manera muy peculiar.
 

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