lunes, junio 13, 2011

La universalidad en la poesía del Regiomontano universal: Alfonso Reyes

En la poesía encontramos al
hombre concreto, individual


En la antología poética que Gerardo Deniz realiza de la obra de Alfonso Reyes (1889-1959) nos permite tener una aproximación a una parte de los poemas que realizara a lo largo de su vida el “Regiomontano universal”. Una ventana inmensa nos permite observar la amplitud de los conocimientos que Reyes va distribuyendo en cada poema, ya que la temática que se va entretejiendo en estos versos parte desde un punto nostálgico, que se pasea por los dioses de la mitología griega, con algunos temas afines a la religión católica, con palabras no tan comunes en nuestro hablar cotidiano, con cierto acercamiento al mundo botánico, retoma a algunos clásicos de la literatura y lo que les proporciona esa sensación de acercamiento con el vulgo es ese humor con que salpica algunas frases, con alusiones a refranes, con expresiones coloquiales y en ciertas ocasiones hasta con el ritmo de las coplas populares mexicanas.

         Frente a esta “ventana inmensa” nos encontramos, en ocasiones nos abruma por tanta diversidad de conocimientos; esta ventana nos invita a  detenernos, porque para comprender los poemas de Reyes es necesario tener uno o varios diccionarios especializados a la mano. Esta obra nos muestra la riqueza de nuestra lengua, ya que como la voz poética nos dice en “Teoría prosaica”:
Guardo mejor la salud
alternando lo ramplón
con lo fino,

         Continuamos contemplando a través de esta ventana y – hasta donde nuestra ignorancia nos permite -  los muchos universos en los que vivió y sobre los que escribió Reyes. La alternancia en cada verso de una palabra “común” con otra palabra desconocida dificulta el entendimiento o interpretación de la idea, lo que ocasiona que en una primera lectura sea difícil apreciar las imágenes que con el debido conocimiento de todas las palabras del poema sería lo ideal, ya que como dice la voz poética de Reyes en “Mis amores”:
Parece que digo mucho,
Pero más es lo que callo.

         En efecto, es más lo que se calla, por que Reyes al encontrar la palabra exacta –aunque nosotros desconozcamos su significado-, cuando logramos averiguar lo que quiere decir, por fin podemos “ver” esa imagen, que a nuestros ignorantes ojos se ocultaba, como lo expresado en el poema “Al Abate J.M.G. de M.” :
Y huí, como del tifo exantemático,
Del trato chirle y del estilo enfático.

         En el Diccionario que se puede consultar por internet de la Real Academia Española el tifus exantemático es una infección tífica, epidémica, transmitida generalmente por el piojo, caracterizada por manchas punteadas en la piel, el significado de la palabra chirle es insípido. Como se puede observar en este caso, nuestro precario conocimiento se topó con otros muchos más.

La nostalgia abraza cada poema, en cada verso, en cada frase, nos encontramos frente a una añoranza de la infancia, los recuerdos que comparte sobre la convivencia que mantuvo con su padre y sus vivencias en Monterrey, su ciudad natal, los percibimos claramente en los poemas  “Los caballos”, el tan famoso “Sol de Monterrey”, “La vieja-lira” y “Recuerdo”, entre otros. En estos poemas el mundo infantil es el tópico. Las añoranzas sobre los recuerdos paternos son tan vívidos como tristes, en “Los caballos” recuerda que:
Mi padre, poeta a ratos,
y siempre poeta de acción,
cuidaba como Adán el nombre de las cosas:

Hay cierta musicalidad, con dejos de alegría en el ritmo que marcan los versos cuando se habla de las actividades infantiles como en “La vieja-lira”:
Risueño dios menor, modula el grillo
su historia de juglar; canta un romance
la cigarra gritona;
hay ratones amigos
que pueden visitarse en los tapancos:
muebles de buena fe, de grata compañía,
con los que hablar a solas,
y con razón llamaban “confidente”
al robusto sofá de seno blando.

A lo largo de esta antología son pocos los poemas amorosos. Sí se habla de la amistad y también de los sentimientos amorosos, pero la voz poética no lo hace de una manera apasionada; Reyes es reflexivo y en determinados momentos hasta con cierta picardía se refiere al amor, como en “Amor que aguantas...”:
Amor, me has puesto en un brete,
que ando ya en cuarenta y siete,
y hay que ser menos quimérico
a vistas del climatérico.

Reyes nos transporta a través de lo que representaba una de sus grandes pasiones: el mundo mitológico griego. Las alusiones a los dioses e historias de los antiguos griegos se pasean en toda su poesía, para los que no estamos iniciados en estos menesteres, nos perdemos en múltiples laberintos, ya que no nos fue posible proseguir la lectura sin realizar una investigación sobre cada nombre desconocido, que a su vez nos llevaba a indagar sobre otros personajes y así sucesivamente. Gracias a Reyes cabalgamos entre las extensas llanuras de los dioses, semidioses y demás personalidades que conforman el antiguo universo griego que se encuentra inmerso en sus poemas.

Alfonso Reyes utiliza en algunos poemas epígrafes en los cuales utiliza citas a los clásicos como Mallarmé, Quevedo, Arcipestre de Hita, Góngora, Rousseau, Lope de Vega representan sólo una ínfima muestra del amplio conocimiento del mundo literario en el cual se desenvolvía el autor.

Los poemas del Regiomontano universal son una compilación de conocimientos de la cultura occidental combinados con la sabiduría popular, los cuales, a pesar de lo complicado que resulta su lectura para los que no estamos inmersos en los vericuetos de la mitología griega o que desconocemos totalmente los términos de la botánica, estos poemas son inteligibles.


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