martes, marzo 22, 2011

El sistema de los objetos, Jean Baudrillard

El objeto que poseo me posee

Baudrillard señala que el status del objeto moderno está dominado por la oposición MODELO-SERIE, la homogeneidad entre todos los objetos es mayor en la sociedad preindustrial, porque su modo de producción sigue siendo el trabajo manual, porque está menos especializado en su función. Sin embargo, es más grande la segregación entre un sector de objetos que puede valerse del “estilo” y la producción local que no tiene más que un estricto valor de uso. Además indica que el orden social asigna su status a los objetos. Resultando que el equivalente para los objetos de esta concepción trascendente es lo que llaman el “estilo”. El uso del objeto de serie va siempre acompañado de una postulación implícita o explícita de los modelos. Estos modelos se abren al insertarse en la producción industrial, a la difusión serial, se proponen como “funcionales” y como accesibles a todos.

Siguiendo con Baudrillard, tenemos por una parte, que el objeto pasa por todos los colores del prisma social, y por otra, el modelo es interiorizado por el que participa de la serie. El autor manifiesta que esa corriente que atraviesa toda la sociedad, que lleva la serie hacia el modelo y que hace, continuamente, que se difunda el modelo en la serie, esa dinámica ininterrumpida es la ideología misma de nuestra sociedad.

Este texto de Baudrillard, puede entenderse mejor si recordamos la película El diablo se viste a la moda, esa película es una de mis favoritas, ya que muestra el entramado en el que nos encontramos de una sociedad basada en la apariencia y enfocado al valor de los objetos que usas. Hay una escena genial en la que se explica la importancia de los accesorios y del uso de los colores. Les recomiendo verla enfocando su atención al valor que se otorga al uso de los objetos.

         Un punto importante que menciona el autor es que la libertad de elegir que tenemos nos obliga a entrar en el sistema cultural y a través de ello es la sociedad global la que se impone a nosotros. El hecho de elegir, lo asigna a uno al conjunto del orden económico. La noción de “personalización” es algo más que un argumento publicitario: es un concepto ideológico fundamental de una sociedad que, al “personalizar” los objetos y las creencias, aspira a integrar mejor a las personas. La diferencia “marginal” contraria la esencia del ser técnico. La función de personalización es un valor parasitario, por lo que se ve que la serialidad secundaria es la constituye la moda. Esta libertad condicionada que señala Baudrillard, es explicada también por Pierre Bourdieu, la cual la revisaré en otra oportunidad, sin embargo, es importante hacer notar que no se trata de que nosotros podamos elegir, si no que la misma estructura social nos va indicando lo que podemos escoger, según nuestras percepciones económicas.

         Otro concepto importante que presenta el autor es que el modelo es una imagen genérica, constituida por la asunción imaginaria de todas las diferencias relativas, y cuya fascinación es la del movimiento mismo que lleva a la serie a negarse de una diferencia a la otra. Por lo que se ve que es todo el proceso evolutivo de la serie el que queda integrado e investido en el modelo. El hecho de que el modelo no es más que una idea hace posible el proceso mismo de la personalización.

         Las diferencias reales que distinguen al modelo de la serie: el sistema ascendente de valoración diferencial por referencia al modelo ideal enmascara la realidad inversa de la desestructuración y de la desclasificación en masa del objeto de serie por relación al modelo real. Los imperativos de la personalización, al conjugarse con los de la producción, hacen que prolifere el accesorio a expensas del estricto valor de uso. Pero el objeto no debe escapar a lo efímero y a la moda. El objeto está sometido a una fragilidad organizada. En un mundo de abundancia es la fragilidad la que sucede a la escasez o rareza como dimensión de lo que falta. El objeto no debe escapar a la muerte.

         El modelo tiene una armonía, una unidad, una homogeneidad, una coherencia de espacio, de forma, de sustancia, de función, es una sintaxis. El objeto de serie no es más que una yuxtaposición, combinación fortuita, discurso inarticulado. Lo que se da como “estilo” no es en el fondo más que un estereotipo. El matiz (en la unidad) corresponde al modelo mientras que la diferencia (en la uniformidad) corresponde a la serie. Se propone a la inmensa mayoría, en la serie, una gama limitada, y a una ínfima minoría una matización infinita de modelos.

Lo que Baudrillard nos muestra es el camino que siguen los objetos para que los deseemos, o para que creamos que los elegimos, cuando en muchas ocasiones esos objetos nos seleccionan a nosotros. Los objetos ayudan a la formación de los estereotipos, ya que corresponden a las diferentes ideologías que subyacen en la estructura social.

Nuestros objetos nos definen.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena síntesis! Me quedaré un rato viendo el blog :)

Zambinella dijo...

¡¡Bienvenido seas!! :-D elsudacarenegau

Diego Arenas dijo...

Buen post! Me gustó esta frase: -Lo que se da como “estilo” no es en el fondo más que un estereotipo.-

Si pudieras enlazar el video de la película a la que haces referencia, buenísimo.

Saludos!
@Triego

Chelsea Gómez dijo...

Buenísimo!

 

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