lunes, noviembre 13, 2006

Instintos básicos

Cuando nacemos, somos como una página en blanco, en la medida que crecemos vamos adquiriendo los conocimientos que nos son transmitidos por la gente a nuestro alrededor, es lo que conocemos como carga cultural. Nuestra familia va determinando nuestra conducta y forma de pensar, cuando obtenemos nuestra propia forma de pensar, comenzamos a distinguir lo que verdaderamente nos va forjando.

De esta manera, al ir obteniendo nuestro criterio propio, aceptamos lo que ya nos ha sido impuesto o vamos modificando los valores adquiridos. Esto ocurre en todas las etapas de nuestra vida, pero se enfatiza alrededor de lo que se denomina adolescencia, cuando aquella personita comienza a darse cuenta que puede pensar por sí mismo y tomar sus propias decisiones, comienza a disociar su pensamiento de lo que no considera ya como propio.

Al llegar a este punto de nuestras existencias se abre ante nosotros una disyuntiva, es como un volver a nacer, sólo que esta vez somos conscientes de lo que acontece y podemos ser dueños de nuestro destino: continuamos con los patrones que tenemos o elegimos vivir de una manera diferente.

Mucho se ha escrito y dicho acerca de que la familia es el núcleo de la sociedad, sin embargo, considero que el núcleo de la sociedad son los individuos que la conformamos, la familia nos forma o deforma, nos ayuda o nos hunde, pero el poder de decidir sobre lo que hay que hacer con cada vida sólo depende del que la vive; que permitas que otro decida por ti, o que dejes que otro influya en ti, eso, ya es otro tema.

Al identificar lo que nos ha sido impuesto, al comenzar a cuestionar el por qué tenemos que cumplir con ciertas reglas de la sociedad (el matrimonio, la virginidad, estudiar, etc.), empiezan a aflorar los instintos básicos que todos tenemos dentro, estos instintos los emparejo con los 7 pecados capitales: la pereza, la ira, la gula, la avaricia, la soberbia, la lujuria y la envidia, [¿por qué si son pecados (en género masculino), todos son de género femenino?]

En fin, las acciones que implican estos pecados es lo que hace al hombre ser hombre, a todos nos da flojera alguna vez, todos tenemos rencor por alguna causa, todos tenemos nuestros días en que comemos mucho, todos queremos obtener ganancias que nos permitan mejorar nuestras condiciones de vida, todos somos orgullosos en ciertas circunstancias, todos queremos disfrutar de buen sexo y todos alguna vez hemos querido ser o tener lo que otro tiene... entonces, ¿por qué pretender regular nuestra existencia bajo esos preceptos? Más allá de cualquier ideología religiosa, el punto aquí no es cuestionar la validez o la fundamentación de estos conceptos, lo que me interesa es reflexionar sobre el grado de incidencia en nuestras vidas.

Nuestros instintos básicos cuáles son (los verdaderamente nuestros), no los que nos han dicho que deben ser, nuestros sueños, anhelos y deseos son de nosotros, porque así lo decidimos, porque así lo queremos, o son nuestros porque deben ser nuestros, porque seguimos con los patrones que existen desde tiempos ancestrales.
¿Qué tanto ha influido en nuestras vidas nuestra propia carga cultural?

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